lunes, marzo 06, 2006

Publicado en la ed. impresa: OpiniónLunes 6 de marzo de 2006
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Un triángulo de progreso para la Argentina

Por Daniel Scioli Para LA NACION

La ciencia, la tecnología y la investigación son herramientas esenciales para el desarrollo sustentable, la creación de puestos de trabajo genuinos, la disminución de la pobreza y la inserción plena del país en el mundo. Así lo prueban los últimos años en la Argentina. El crecimiento de la economía nacional -que acumula un 30% en el último trienio- y el aumento del empleo -que redujo la desocupación en un 50% y la pobreza del 58% al 34% de la población- deben buena parte de su impulso a emprendimientos, inversiones, leyes y mayores presupuestos públicos en áreas relacionadas con el conocimiento aplicado.

Gracias a la biotecnología, el complejo agroindustrial obtiene rendimientos récord que se traducen en mayores exportaciones, ingreso de divisas y un decisivo aporte a la solvencia fiscal y el financiamiento de políticas de compensación social. Nos hemos convertido en una reserva mundial de proteínas con capacidad para alimentar a más de 300 millones. En distintas giras con empresarios argentinos a Rusia, Brasil, los Estados Unidos y Europa pude comprobar el gran concepto que existe sobre nuestros productos en los consumidores de esos países y los espacios privilegiados que tienen en las góndolas de los supermercados gracias a la excelente relación precio-calidad.

En la actualidad somos, además, el segundo país en el mundo en performance de mejoramiento vegetal y también en hectáreas sembradas con transgénicos, luego de los Estados Unidos, comprendiendo la globalización como una era en que el saber define las ventajas competitivas. Estamos hablando de un fenómeno que se extiende a la soja y al maíz, pero que también abarca la producción de bioremedios, la clonación de terneros y la posibilidad de producir leche con el valor agregado de la insulina humana, insumo fundamental para los pacientes diabéticos. Para acompañar estos logros con el marco adecuado de seguridad jurídica, el Senado dio media sanción al proyecto de ley que contempla descuentos impositivos y estímulos a la investigación a las empresas del sector, especialmente las pymes.

Sobre la base de un consenso político que cruza distintos bloques y partidos, también se han impulsado otros proyectos de leyes clave desde la Cámara alta, para instalar plenamente a la Argentina en la sociedad del conocimiento. La de biocombustibles por ejemplo, una iniciativa de contribuir normativamente a poner al país en la vanguardia de la elaboración de fuentes de energías alternativas y no contaminantes.

Actualmente, en pequeños volúmenes, empresarios argentinos están exportando biodiésel a Europa, un mercado que tiene enorme demanda insatisfecha y que promete aumentar en el mediano plazo. En Alemania, la fuerte demanda de biodiésel incrementó notablemente la molienda de colza y puede venderse a un precio más bajo con respecto al diésel mineral, que tiene altos impuestos a las ventas y un precio que ha aumentado. Existe en el mundo un consenso creciente acerca de la conveniencia futura de contar con combustibles provenientes de recursos renovables que contribuyen a reducir la emisión de gases contaminantes. Al ser el biodiésel un subproducto del procesamiento (entre otros) de la soja, la posible demanda futura crearía un nuevo mercado de gran crecimiento, dando una salida alternativa a la producción primaria. Distribuidos en ocho provincias, en nuestro país son cien mil los empresarios agropecuarios que se beneficiarían con una demanda adicional, fortalecedora de los precios que los mercados actuales ofrecen a los commodities.

Esto puede contribuir a revertir los flujos migratorios y a la industrialización de pueblos y ciudades del interior del país, con el consecuente impacto en la calidad de vida de las economías regionales. El biodiésel es fácilmente biodegradable, de acuerdo con los tests de performance realizados por distintas universidades del mundo, entre ellas la de Idaho, en los Estados Unidos. Ellos probaron que su utilización no requiere modificaciones en los motores y mantiene las mismas prestaciones y consumo que el gasoil. Allí se lo usa hoy en algunos colectivos urbanos, camiones de carga pesada, transportes en aeropuertos, y parques nacionales y en la marina. En Buenos Aires se comprobó la efectividad del biodiésel en flotas de transporte público automotor. Como ya lo he manifestado antes, creo que la Argentina tiene la gran posibilidad de convertirse en uno de los líderes en materia de conservación global y en un agente decisivo frente a la amenaza que representa el cambio del clima.

La energía eólica, que encuentra en nuestra Patagonia un potencial extraordinario, representa también una herramienta extraordinaria para consolidarnos como un centro internacional de energía renovable, económica, y con gran capacidad para promover inversiones y generar empleo calificado. Como todos estos procesos requieren reentrenar los saberes de la gente, estamos progresando en la integración del Estado con el sector privado y el sistema educativo a partir de hechos concretos que nos inserten en la sociedad del conocimiento. El incremento presupuestario para investigación ya nos coloca entre los 30 países que más fondos destinan a esta área; y el fortalecimiento de instituciones como el Conicet, el Senasa y el INTA, junto con la repatriación de ciento ochenta y cinco científicos, permiten afirmar que vamos por el buen camino. Otras dos leyes vitales, la de financiamiento educativo (que elevará progresivamente el presupuesto del área hasta llevarlo al 6% del PBI) y la ley de educación técnica le dan coherencia integral a las anteriores y nos permiten hablar de la consolidación de una auténtica política de Estado.

Quiero mencionar, finalmente, al tercer lado del nuevo triángulo del progreso argentino; un sector que viene generando muy buenas noticias en los últimos tiempos: el software. Sólo el año último generó veinte mil nuevos puestos de empleo, con un ritmo de incremento que está un 65% por encima del de cualquier otra actividad económica. Esto pudo lograrse por el dinamismo de las 650 empresas del rubro y los más de 16 mil productores de software que se desempeñan en forma independiente. También al perfil de excelencia de los clusters tecnológicos regionales como los de Tandil, Rosario, Córdoba, Bariloche y La Punta, en San Luis. Todos ellos cuentan ahora con dos leyes específicas que crean el clima de negocios adecuado para alentar nuevas inversiones y más ventas al exterior, las que permitirán superar, en poco tiempo, los 200 millones de dólares exportados en 2005 y los 8000 millones de pesos movilizados internamente en servicios e insumos informáticos.

El diseño del Plan Estratégico 2004-2014, que impulsó el presidente Kirchner como auténtica política de Estado para impulsar las tecnologías de la información mediante foros de competitividad, observatorios y alfabetización informática en las escuelas permitió, junto con el lanzamiento del Plan Mi PC, contar con una plataforma adecuada para la expansión actual. Ya en noviembre de 2003, cuando por encomendación presidencial acompañé a México D.F a una delegación de más de 100 empresas del sector al Encuentro de Negocios del Mercosur, pude comprobar la conectividad entre todos los agentes vinculados a esta industria. Ello permitió aumentar las exportaciones al país azteca, uno de los principales demandantes de nuestra creciente oferta.

Debemos mirar con atención la experiencia de la India en el rubro. Esta nación, líder mundial en la industria del software, llegó a esa posición reentrenando a su población mediante la educación y la formación científicotécnica. Así, desde 1991, registra una tasa anual de crecimiento del 7,5%, la más alta del mundo luego de China, lo que le permite tener una tasa de desempleo de un dígito con una población de 1080 millones de habitantes. La Argentina podrá sostener sus altos niveles de incremento del PBI si persevera en la aplicación del conocimiento. Contamos con los recursos naturales, el capital humano y la visión necesaria.

Link corto: http://www.lanacion.com.ar/786289

1 comentario:

Anónimo dijo...

CRECIMIENTO Y DISTRIBUCION
Es muy interesante el articulo por el tema que trata, esto es el desarrollo económico de nuestro país, que si bien es una cuestión necesaria, fundamental no es suficiente. Que Argentina a crecido mucho en este ultimo trienio es un dato alentador pero debemos tener en cuenta el punto de comparación , es decir la crisis en que nos encontrábamos y de la que aun estamos saliendo. Cualquier nueva obra o nueva industria mejoraría nuestros índices de producción y de crecimiento económico dado que por esos tiempo eran practicamente nulos. Lo que si es en verdad alentador es que es relativamente sostenido y su tendencia es de aumento. Pero como dije al empezar este comentario , el tema del crecimiento es esencial pero no suficiente. Que argentina es un país en crecimiento o si se quiere un país con grandes potencialidades no es una novedad, es mas yo particularmente creo que la cuestión de fondo en nuestro país (y en América latina toda) no es nuestra capacidad productiva, nuestras riqueza o potencialidades, sino la distribución de las riqueza, de los ingresos. Un dato que respalda esta opinión que somos (como lo dice la nota del vicepresidente) un país productor de alimentos para 300 millones de personas y sin embargo somos también un país con un gran numero de niños desnutridos. Cuando se dice que argentina es un pais exportador de carnes y de soja yo mas bien diría que hay un puñado de argentinos que exportan carnes y soja, pues de esas exportaciones son los exportadores (un reducido numero) quienes se benefician exageradamente, y que la argentina como nación o estado solo se beneficia con el titulo de gran exportador o se beneficia (mínima e indirectamente) a través de las retenciones.
También la nota habla de crecimiento de la tecnología de los biocombustibles, el software, la energía eólica , del aumento del presupuesto a la investigación científica y la consiguiente repatriación de nuestros científicos, la reactivación de la enseñanza técnica tan importante para la radicación de las industrias; todo estos datos son alentadores y muestran una política de estado a mi juicio acertada en cuanto apunta al crecimiento, pero insisto el crecimiento económico no es necesariamente sinónimo de mejores condiciones de vida para población en su conjunto si no va acompañada de políticas de equitativa distribución de las riquezas que se traduzcan en mejores niveles de vida de la sociedad toda, ya esta bien probado en nuestro país y en América latina toda el fracaso de la teoría del derrame, esto que es bueno o condición de desarrollo que se enriquezcan los empresario y luego (y solo luego, una vez llenados sus bolsillos –vasos-) las ganancias se distribuyen, derraman en toda la sociedad, pues mas que derrame de las riquezas el vaso se a agrandado en la medida del aumento de las los ingresos sin deja caer ni una sola gota a los trabajadores.
La omisión del tema (de la equitativa distribución) en el articulo del vicepresidente me preocupa justamente por ser el quien lo escribe, pues considero que si bien la omisión pueda obedecer a que la cuestión tal vez excedía el tema consultado, estos temas (crecimiento y distribución de lo producido) si no son tratados conjuntamente pueden producir consecuencias indeseables, el crecimiento es presupuesto de equitativa distribución, pero sin ella genera mas desigualdad y mayor injusticia e inestabilidad política, todo esto a se vez necesario para el progreso integral de la sociedad.
Espero que estas líneas sirvan para la reflexión de quienes las lean y para que quienes tengan la posibilidad actúen en consecuencia.
Felipe.